Es hora de tomar conciencia de cual es el valor real de la participación individual, lea esta consideraciones que le abrirán un panorama diferente sobre las redes sociales como negocio.
Por el momento, las redes sociales constituyen un valor que la mayoría considera como buen canal de venta, la situación, aporta un valor de retorno a la propia red social, pero no por el mero número, sino por la canalización de negocios, grandes y pequeños que las redes sociales ofrecen.
Sin embargo, las consultas desde las empresas respecto al factor verdaderamente representativo de esa actividad es un hecho que pocas empresas enfrentan, pero que se palpa, la administración, participación y aporte del capital humano y de contenidos de las redes sociales son vorazmente superiores al retorno que pueden medir las empresas.
Para tomar el hilo desde el extremo que menos se considera y por lo tanto el más débil, este análisis refiere a la valoración del recurso humano en el que se deposita la atención de esta parte del negocio.
Para comenzar, la mayoría de las empresas de marketing social se circunscriben a atacar con la cantidad, mucha participación indefinida impide la valoración de la calidad e incluso del valor más importante: el tiempo.
El bulto es la promesa, la invasión, la participación sin más logro que estar, con una medida vaga sobre el retorno que tales actividades provocan.
La valoración del aporte de este capital individual es poco apreciado, en la cantidad, hay una hipnótica consecuencia que empieza con la administración de esa masa, que impide ver que detenerse para realizar un plan queda fuera de la ecuación, no hay tiempo para ello.
Por otra parte, la saturación de ofertas del mismo procedimiento establece la falsa idea de que no hay otra posibilidad; el resultado es una degradación de la participación individual, una degradación del aporte de calidad.
Por dar algunas cifras, una empresa muy conocida, que no vamos a nombrar como Vivilia, ofrece a sus Blogger (escritor activo de blos, 300 o 400 palabras en pocos minutos) , bajo bombos y platillos y grandes letras la extraordinaria cifra de 10 euros por 50 artículos.
Así como lo lee. Cuando se bucea en la cuestión, sencillamente se escudan detrás de la posición: el monto depende de la calidad, y bajo la promesa que si sos un buen participante, podrás salirte de la oferta, que a todas luces es humillante mendrugo.
En esas circunstancias, el buen participante no refiere a contenidos, sino a la convocatoria que tales artículos refiera, que lejos de la calidad, tienen que ver con el sistema de Google de encontrar valor en cualquier clic hacia un sitio.
Está demás decir, que para cualquiera que sea capaz de escribir algunas líneas con cierto sentido, no podrá hacer valer ese contenido sin acompañar el proceso con accesos de cualquier naturaleza.
En ese sistema, el que gana, como ocurre con las redes sociales, es precisamente el mismo medio, Vivilia logra que el usuario vaya a mirar el su sitio qué quiere decir esa brillante propuesta, logró tu atención, ganó, aunque no consiga que aceptes, porque ya sabe con anterioridad que la propuesta es hasta denigrante.
Para ser justa, esta es una típica convocatoria, lejos de las luces artificiales de los 50 artículos por 1º euros, muestro una oferta usual:
*Comienzo de propuesta*
Se ha creado un nuevo proyecto de redacción en el que puedes participar. Estos son los detalles:
ES Falabella 2014Chile Octubre LOTE18
Temática:
Random
Descripción:
Descripciones de producto Objetivo del proyecto: - Crear descripciones originales para los diferentes productos de Falabella Chile. - Dale valor al usuario con la información otorgad
Pago por artículo:
U$S 1.25
Cantidad de artículos disponibles:
131
IMPORTANTE: Por favor, nota que si bien estos artículos están disponibles para redactarse en este momento, algunos de ellos pueden ser tomados por otros redactores.
*Fin de propuesta*
Por si no se entiende la propuesta, te pagarán 1.25 dólares, por un artículo, que deberás escribir con muchas condiciones, más de 500 palabras, usualmente las que cubran un espacio de una página A4, pero competís con 13 artículos que otros han propuesto para el mismo rubro y monto.
Si no es ciencia ficción, es prácticamente una situación de explotación.
Otro ítem es el modo de evaluación, que frente a tamaña competencia te deja con un trabajo probablemente impago, que engordó las arcas de contenidos de la propia empresa, que ahora usa tus contenidos para seguir aumento los accesos a otro que como vos, se ilusiona con la fantasía que si ya hubo 131 escritores o Blogger, esto debe tener algún beneficio.
Usé este ejemplo, pero probé casi todos los que hay en el mercado de la oferta de contenidos, si tomamos esta referencia, la valoración del recurso humano está en un nivel menor al que percibe un trapito en una hora en cualquier esquina de Buenos Aires.
En otro orden se encuentran las redes Facebook o Twitter, más conocidas y aceptadas, con otro espíritu, pero no menos complicaciones.
La valoración sobre los recursos en esas redes, no es para los individuos, sino que son una moneda de cambio de negociación de las propias empresas, los números que reportan de ganancia estas empresas, son percibidos en publicidad, por lo que nuestra participación tienen un canon, sólo por anotarnos en esos medios, nuestro mail a disposición, nuestros contactos, que no significan más cosa que el indicar a las empresas qué cosas somos permeables para comprar, es el valor que tenés como socialmedia.
Somos algo así como un CointFace o un CointTwit, por qué se sigue alimentando ese sistemas, la mayoría, por la misma razón que los niños se pasan horas en los juegos, distracción, compartir, mostrar, mostrarse, todos aspectos de los cuales se alimentan los sistemas, encantados de ofrecerte lo que pedís: participación.
Pero para las empresas, la situación es diferente, todas esas horas de participación gratuita por parte de la mayoría, son horas que tienen que abonar, o porque le pagan el sistema al propio Facebook o Twitter, o porque prefiere administrar por sí mismo los recursos humanos.
Ambos un proceso de mutuas decepciones, las empresas pasan de pagarle al sistema a intentarlo por sí mismas, y viceversa, las que lo intentaron por sí mismas, pasan a dejárselo a las empresas, en el medio, la situación real, es que no encuentran un método independiente de las mismas empresas, Facebook, Twitter, lugares como Vivilia, o los que son recursos humanos: participantes en contenidos de esos medios, que puedan orientar sobre una campaña que estime cada valor en particular y su correspondiente efecto real.
Mientras se dependa de herramientas que son juez y parte, como son las mismas redes sociales, que publicitan a sí mismas con número incomprobables que cada vez menos se reflejan en el retorno de la inversión de las empresas, o de opiniones de personas individuales que usarán todo argumento para valorizan sus propias participaciones, la situación parece arrojada al viento de la casualidad.
La salida existe, es vieja como todo sistema comercial, consiste en definir con exactitud, los criterios de éxito de la participación, medir el recurso humano real, el tiempo, el costo, sin recurrir a partes integrantes de la ecuación, estos valores se pueden conseguir, y se pueden medir.
Se empieza entonces con una investigación en el rubro y en su influencia en los diferentes medios, tanto de notas de prensa, como en las redes sociales, sin dejar de lado otros medos como la Radio y la TV, blogs, prensa, revistas, sitios.
Una vez cono conocimiento de las posibilidades, se mide el momento inicial antes de realizar ninguna acción, se genera un plan de participación con todas las medidas a disposición: tiempo, cantidad, evolución y se mantiene un registro de los cambios en los números de control.
Sin un análisis de punto de origen, la medición no es posible, no se puede conocer la evolución.
Por otra parte, no es suficiente, cualquiera puede decir que partir de su participación en las redes sociales ha comenzado a tener consultas, presencia, una falsa sensación de visibilidad.
El criterio de éxito, es algo que se determina más allá de un aumento de ventas, tiene que ver con saber a qué se puede aspirar.
Si nunca se ha participado en las redes sociales, el estar solamente, ya proveerá una diferencia, lo que hay que saber es si esa diferencia es la mejor y para ello tenemos que poder comparar.
Uno de ítems usuales para comparar es la cantidad de personas que me siguen, los que sigo, el crecimiento en esa dirección, dejando de lado el resultado real. De qué sirven miles de seguidores si no tengo comparación entre el tiempo que me lleva colectarlos, el costo real de ese factor y los resultados, y a su vez, si esos resultados son los mejores posibles.
Como se puede observar, la situación ni es sencilla, ni tiene una única solución, lo que sí se puede inferir es que si se va a basar una campaña de éxito en palabras seductoras y en números absolutos, caeremos inapelablemente en el “bulto”, hacer mucho para obtener algo.
Es creciente la disconformidad de las empresas por servicios desde las redes sociales que no parecen satisfactorias en referencia al beneficio, demasiada administración y recursos para pocos beneficios, es por eso que desde Datagestion, orientamos proyectos de visibilidad desde otra perspectiva. El primer paso es genera un plan, para lo que se necesitan datos que tiene que ver con el rubro que se propondrá. Se mide el estado inicial, y se analiza la situación global para el producto.
Estas actividades conllevan un análisis de la competencia, de la participación en redes sociales, de los medios disponibles Web 2.0, prensa, blogs, foros, para analizar, cantidad y calidad de participación; bajo la política de menos es más, y con estrategias de reducir la carga administrativa de los procesos midiendo permanentemente la evolución con herramientas independientes, evitando el sesgo de información de ser juez y parte.
Desde esta perspectiva, en DataGestion tenemos por política una previa y exhaustiva investigación que delineará un plan de trabajo que acompañado de mediciones en la evolución continua, con informes de avance y seguimiento muy preciso de las actividades tanto humanas como de procesos.
Esto garantiza que se está en la dirección prevista, con criterios de éxito claro, sin caer en el crecimiento de actividades de participación que terminan siendo imposibles de sostener.
Muchas empresas nos han expresado que terminan convirtiéndose en activos participantes sociales antes que en vendedores o dedicándose a la negociación de su producto, lo que provoca llegar a un punto límite en el que no parece posible crecer.
Para este tipo de consultas, lo que puedo transmitir es que las redes sociales son una extraordinaria oportunidad que no se puede desperdiciar en el azar de acciones sin medidas, sólo por una supuesta mejora en el negocio que no se tiene muchas formas de comparar.
Voy a cerrar el presente artículo con una reflexión: las empresas deberían analizar su propio valor como socialmedia, antes de espera que las redes sociales les ofrezcan el número con que ellos cotizan en bolsa, y para ello, la única solución es consultar una alternativa, detener la maquinaria y empezar de nuevo es más rápido y eficaz que seguir en la misma dirección.
