Quién no recuerda con nostalgia el abasto o la tienda de abarrotes donde solían ir a comprar, era impresionante que se encontraban las golosinas más exquisitas, y eso gracias a los distribuidores de dulces al por mayor Bogotá que siempre estaban surtiendo a esos establecimientos de cada rincón de la ciudad.
Los recuerdos infantiles están llenos de las golosinas preferidas y sobre todo en los días especiales, como navidad, día de reyes, de la madre, del padre, cumpleaños, Halloween, de la amistad y el amor, el día del maestro y otros tantos.
Así que hay muchísimos motivos para regalar chocolates y confites. En época pasadas no teníamos suficiente dinero como para dar grandes obsequios, pero una cajita de chocolates o caramelos acompañada con una flor no podía faltar y era suficiente para quién lo recibía.
A otros se les regalaba un buen vinito o una cañita y todo comprado en las tiendas de abarrotes. Recordar esa tiendita vieja y efectivamente abarrotada de tantísimas y variadas cosas, hace evocar momentos deliciosos acompañados con las más divertidas tremenduras.
En esos negocios podías ir a comprar desde cigarros hasta perfumes, desde caramelos hasta bebidas de cualquier tipo. En ellas se encontraban telas, alimentos, enlatados, utensilios y cualquier otra cosa que posiblemente era necesaria adquirir.
Parece imposible de creer pero siempre tenían de todo lo que preguntaras y requerías. Eran como negocios mágicos, porque eran relativamente pequeños para todo lo que albergaban. Siempre será un enigma saber cómo guardaban todo eso, ni siquiera tenían computadora con sistemas de inventario.
En la actualidad, existen negocios similares pero mucho más sofisticados y modernos. Sus decoraciones no solo embellecen el lugar, sino que separan las secciones de acuerdo a los productos y mercancías: tienen bodegones y licorerías, dulcerías, mini mercados, en fin están surtidas por áreas.
Ciertamente, ya no se trata de establecimientos que venden tanta diversidad de cosas, ahora son más especializados, pero de lo que venden, las alternativas son más variadas, por ejemplo, en un bodegón no verás telas, ni repuestos para licuadoras, no obstante, en lo que respecta a licores, dulces y algunos víveres hay mucho de dónde escoger, los distribuidores de ahora se lucen con un surtido de productos nacionales e importados, para que el cliente compre exactamente lo que desea.
Aunque pasen los años y ahora tengamos más de dónde escoger, siempre recordaremos la viejita tiendita de abarrotes con mucha nostalgia.