Que las vitaminas son importantes para la salud, ya lo sabemos todos, hasta los niños lo oyen de sus madres desde temprana edad.
Lo que no es tan sabido es cuáles son los síntomas a los que hay que prestarles atención y qué hacer mientras se espera la visita al médico.
El desgano, no basta como síntoma para determinar la falta de vitaminas, ni tampoco el consumirlas por las dudas nos cubre de posibles problemas, de manera que lo ideal es ir al médico para investigar qué ocurre, pero no está reñido con la práctica de prestarnos atención.
Hay indicios, que sumados, indican claros síntomas de falta de vitaminas.
Un ejemplo es mirarse las uñas. Si están excesivamente blandas, o presentan un aspecto acanalado, es un indicio de dos cosas: falta calcio y un hongo se ha posicionado de nuestros dedos.
También hay que saber que consumir vitaminas, ya sea en pastillas o en alimentos, no es suficiente, hay que saber las razones por las que el cuerpo presenta la carencia, que es muy posiblemente la misma razón por la que la vitamina falta en el cuerpo: hay algún problema en la retención o uso, por parte del cuerpo de la vitamina faltante.
Algo que tampoco se sabe mucho es que el cuerpo muestra señales de la falta de vitaminas, pero no está diseñado para advertir del exceso, y el exceso de vitaminas es tanto o más peligroso como la carencia, es por ello que automedicarse con suplementos vitamínicos está completamente desaconsejado, lo mejor es saber con exactitud cuál es el estado del cuerpo, y para ello es necesaria la consulta médica.
Lo que se aconseja, ante la sospechas es consumir frutas y verduras, que son la fuente natural de vitaminas, teniendo en cuenta que el aprovechamiento cambia según el estado de los vegetales, si están crudos o cocidos, y lo mismo para las frutas.
Las vitaminas se clasifican según su grado de disolubilidad, unas en agua, otras en lípidos; éstas segundas con las menos conocidas, se almacenan en los tejidos grasos, en el hígado, si se consumen en exceso, resultan tóxicas; al hacer deportes, se controla un poco el posible exceso.
Las vitaminas que ayudan al cerebro y al metabolismo corporal, son hidrosolubles, se elimina mediante la orina, y por ello se necesita una ingesta diaria de alimentos que las contienen, son las llamadas del grupo B.
La mejor forma de garantizar un equilibrio en las vitaminas que procesa el cuerpo es tener en cuenta algunos consejos:
No cocinar en exceso los alimentos, a altas temperaturas, durante un largo tiempo.
Cocer los alimentos luego de que el agua comience a hervir. Consumir los alimentos recién cocidos, no guardarlos durante mucho tiempo, ya que comienza a degradarse el aporte vitamínico.
La piel de las frutas es la que más vitamina contiene, se recomienda comer la piel de la fruta.
No todos los alimentos procesados destruyen el contenido vitamínico en el proceso, algunos, por el contrario, ayudan, estos son variados y depende del proceso de elaboración.
Dentro de esta situación estarían la fermentación de alimentos, quesos, pan.
El uso de semillas, trituradas y combinadas con aderezo de ensaladas, carnes o pescados.
El yogur que se prepara mediante la proliferación de bacterias.
Embutidos curados, sobre todos los caseros, ya que los industriales suelen incurrir en procesos que degradan el contenido vitamínico.
En general, la cocción en vapor, ayuda en la conservación de las vitaminas.
Recuerde que no sólo la falta de vitamina, sino el excedente puede producir graves enfermedades.
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