El psicoanálisis, la literatura, la filosofía nos definen los caminos a seguir.
Desde Aristóteles que tuvo la mala idea de desparramar que la felicidad viene con un bienestar material que el asunto de la felicidad se ha relacionado con la propiedad material.
Algunos podrían decir que el filósofo era un observador y que en realizó una aguda observación de las necesidades humanas.
Pero cualquier psicólogo desarmaría rápidamente ese argumento cuando afirman que lo nombrado hace realidad el objeto, la cosa, la circunstancia y por ello la palabra es el verdadero poder, el Dios, la máquina de generar el mundo, la creadora.
De manera que es a Aristóteles al que hay que culpar por ese estigma de tener y tener, retirando del concepto de virtud el tener desmedido, supuesto origen de la discordia.
Ya no se puede diferenciar virtud de vicio, porque al vicio de tener, o a la virtud de tener, se la reconoce como éxito.
El argumento, que parece invertebrado partiendo de la argumentación de Aristóteles y basado en un concepto que vendría muchos años después, con el psicoanálisis, no muestra sus fisuras, la realidad nos lo confirma, tener, dicen los medios, publicidad, marketing, es ser feliz.
Al menos, hay una cota, una definición, un fin a la discusión sobre qué es ser feliz.
Ser feliz, tiene una simple respuesta, ahora sustentado por un filósofo, y un psicólogo, ser feliz es tener.
Luego, tenemos a Borges, cuya sapiencia crece en la medida que lejos queda su muerte, ahora, no podés escribir nada sin que ese escritor lo haya hecho antes, así que viene a cuento, Borges, dice, o decía y ahora se repite, que la cultura occidental es una nota al pie de la página de la discusión entre Platón y Aristóteles, sugiriendo con ello que todo lo fundamental estuvo contenido en ese diálogo, y que desde entonces, el hombre es feliz cuando está provisto de bienes exteriores.
Solón, que es otro filósofo, tomó esos diálogos y le agregó: tener le da la posibilidad al hombre de realizar acciones más hermosas y supuestamente con este acto, vivir la templanza.
La templanza, es algo así como un nirvana, un estado de beatitud que sólo entienden algunos espíritus.
El asunto como se ve, es más extenso, ancho, amplio, y puede tener más de 3 dimensiones, pero como se quiera, lo que comenzó todo es expresar la idea de que ser feliz es tener bienes, implementando la base del sistema materialista, lo que establece que desde esas palabras de Aristóteles, hasta hoy, en que se me dio por comprar un tv en 3D, todo lo que hice fue predestinado hace 2000 años.