Los dichos de Sabella y las realidad, son muy diferentes.
Ya escuché de todo, empiezo dándole un crédito a la voz de Fantino para el gol de Argentina contra Bélgica, le dio el pase a la semifinal, en la que dijo que el nombre del arquero belga, es nombre de trago, Courtois.
El arquero pasó a los titulares con la frase, “Sé muy bien cómo jugar contra Messi”, frase que no le alcanzaría para quedar fuera del mundial, quedó flotando ya que, efectivamente, atajó todos los intentos de la pulga.
Se ve que hizo los deberes y amaestró sus reflejos para no dejar pasar una de Messi; aunque distraído Messi, olvidó estudiar a Higuaín, que le metió un golazo.
Más allá de eso, no dejó de ser peculiar lo que deja entrever Sabella, el DT Argentino, con su frase "Un gramo de neuronas vale más que un kilo de músculo…”; la verdad, no parece hallarle la razón, a saber de la exhibición escandalosa de músculos con Lavezzi a la cabeza que transmiten con las fotos desde vestuarios, “entre amigos”, festejando, y además con los cambios de camisetas que las cámaras internacionales captan, para el deleite de las chicas, y el bolsillo de las marcas, ya que cada uno pone lo suyo para luego ser convocados por los que manejan el mundo de la publicidad.
Ya los jugadores no son tan ingenuos, el equipo, hasta por ahí nomás, en caso de que no se llegara al final, ni que fueran administrados por fortunas entre pases de clubes, siempre les quedará la oportunidad de vender los músculos al mejor postor.
Por qué hay individualidades, metrosexuales y músculos, porque el mundo de la moda, el consumo, mueve la maquinita de hacer dinero.
Lo que un jugador no consiga en los pocos años de trabajo futbolístico se lo pueden conseguir los músculos.
No nos creemos que los sensuales cambios de camiseta de Lavezzi al aire libro son ingenuos; así como tampoco las fotos con compañeros de ruta y músculos que más bien dicen, aquí nos tiene los tres valemos más que una dentadura completa.
Como sea, esta selección argentina, vilipendiada, que no ha dejado de tener detractores aunque no ha perdido ningún partido, tiene músculos para que tengan, los medios ayudan exponiendo a constantes encuestas la opinión de las féminas que arman solicitudes para que Lavezzi se entregue a la popular, desnudo de ser posible.
Qué lindo mensaje, músculos y futbol, dejan de lado idea que Sabella quiere imponer, las neuronas están devaluadas, o al menos, no son tan visiblemente exitosas como los músculos.
Los rendimientos individuales, no son extraños, los jugadores tienen más compromiso con el futuro que con los partidos, y en eso, la vidriera del mundial, cumple su perfecto objetivo.
Personalmente, prefiero a Romero, un potro morochazo que no necesita sacarse la camiseta para cosechar suspiros.