El uso de abonos verdes es uno de los temas más repetidos en la jardinería, sobre todo, entre aquellos que quieren cuidar también del medio ambiente. Se trata de una técnica natural y bastante económica que consiste, básicamente, en sembrar especies vegetales para mejorar las propiedades del suelo e incorporarlas como materia orgánica.
Más en detalle, los cultivos que se siembran entre los cultivos principales, o en las épocas en que el suelo no está cultivado. Esto se hace para protegerlo de la erosión, las plagas, las malas hierbas y la carencia de nutrientes.
Algunas de las plantas sembradas tienen la capacidad de fijar el nitrógeno atmosférico en sus raíces, debido al proceso de unas bacterias beneficiosas llamadas rizobios. Gracias a esto, el suelo se enriquece con este elemento fundamental para el crecimiento vegetal.
Entre las especies más utilizadas como abonos verdes se encuentran las leguminosas, las gramíneas y las crucíferas. En general, todas ellas se pueden sembrar solas, o combinadas entre sí, para obtener mejores resultados.
¿Cómo se hace el abono verde?
Es muy sencillo, solo hay que elegir un terreno donde sembrar las semillas, preferiblemente después de una cosecha, o antes de un cultivo rico en nutrientes. Hay que regar y cuidar este cultivo hasta que alcance un buen desarrollo, pero sin dejar que florezca ni fructifique.
Es entonces cuando se corta y se deja secar sobre el suelo, o se entierra bajo él, para que se descomponga y libere sus nutrientes. Es una forma sencilla de hacer abono orgánico ecológico, aunque es cierto que se requiere suficiente tiempo de planificación.
Los beneficios
Lo cierto es que necesita planificación hacer este abono, aunque también podría considerarse la opción de comprarlo. De una u otra forma, aporta grandes beneficios a tus cultivos:
-
Mejora la estructura y la textura del suelo. También aumenta su capacidad de retener agua y oxígeno.
-
Favorece la actividad biológica y microbiana del mismo, sobre todo, porque aporta materia orgánica y nutrientes esenciales, como nitrógeno, fósforo o potasio.
-
Previene la erosión y la compactación.
-
Controla las malas hierbas y las plagas, al competir con ellas, o repelerlas con sus aromas y sustancias tóxicas
-
Reduce la necesidad de usar fertilizantes químicos al ser un fertilizante orgánico ecológico muy efectivo.
-
Contribuye a la sostenibilidad ambiental, al reciclar los recursos naturales.
Estos abonos ecológicos son una gran alternativa para fertilizar el suelo de tu jardín de forma efectiva. Puedes comprarlos ya preparados en tiendas especializadas, o hacerlos tú mismo en casa, con semillas adecuadas al clima y al tipo de suelo que tengas.