¿Cuántas veces has paseado por una alameda, en un parque o en un bosque mientras hacías senderismo, y te has deleitado con las plantas, el colorido de las flores y la altura de los árboles? Seguramente muchas veces. Pero, con sinceridad, ¿Cuántas de esas veces has sabido decir qué tipo de especies estabas mirando? Si somos personas de ciudad, e incluso en ocasiones también de algunos pueblos, nuestro léxico sobre la naturaleza es realmente bastante limitado, y no solemos ser conscientes de hasta qué punto desconocemos nuestro propio entorno. Sin embargo, hay muchas maneras de saber más, y por extensión de aprender a valorar mejor la vida vegetal que crece, si tomamos una decisión muy simple: plantar algo en casa. Puede ser algo simple, como una maceta con una planta, o algo más complejo, si deseamos llenar nuestra terraza con muchas flores distintas, o incluso ocuparnos de nuestro primer huerto.
En todos esos casos, sin excepción, necesitamos una serie de herramientas y recursos básicos. Empecemos por uno de los más obvios, pero también de los menos mencionados entre las personas que todavía no saben demasiado: los fertilizantes ecológicos. Efectivamente, solemos pensar, de entrada, que lo único que hace falta para plantar una semilla es una maceta, agua y tierra. Pero ¿de dónde sale esa tierra? No podemos coger un puñado de un descampado, eso es absurdo. Lo que necesita una semilla para nutrirse, brotar y crecer fuerte es un suelo con nutrientes, y eso es algo que solo el abono ecológico apropiado nos puede proporcionar. Por lo tanto, debemos acudir, como no podía ser de otro modo, a tiendas especializadas de jardinería, muchas de las cuales están en internet.
Por lo demás, necesitaremos una regadera o un bote de espray para hidratar de manera conveniente la planta o la flor cuando empiece a crecer, saber un poco más sobre técnicas para desparasitar o prevenir esas infecciones, una buena situación física para que pueda alimentarse del sol, y por supuesto muchísimos cuidados por nuestra parte. Esto último, en realidad, es más importante que cualquier abono orgánico ecológico, aunque en el fondo todo sea realmente imprescindible.