Es triste tener que decir esto a estas alturas, pero muchas personas se siguen sorprendiendo cuando ven a un hombre haciendo gala de un gusto estético colorido, brillante, tal vez lleno de estampados curvilíneos o florales. Se trata de todo aquello considerado «femenino», para nuestra desgracia. No desgracia porque lo femenino sea algo malo, en absoluto, sino porque debemos aspirar en la medida de lo posible a quebrar para siempre todos esos roles estéticos de género impuestos desde hace ya demasiados siglos. Los tiempos y las modas cambian, pero parece que esa división binaria artificial se resiste a desaparecer. En fin, por lo menos, en la época actual tenemos mucho que celebrar en ese sentido en cuanto a evolución social. No tenemos más que buscar las nuevas colecciones de trajes de novio a medida que podemos encontrar en internet para darnos cuenta de ello.
SI ya de por sí a la estética de la moda de cualquier categoría le cuesta dejar atrás la tradición profundamente dependiente del género de las personas, el campo de la ropa para bodas tal vez sea ejemplo paradigmático de ello. Por ello es positivo que un campo tan conservador esté dando tantas muestras claras de cambio en la buena dirección. Algunos de esos cambios, bien es verdad, se relacionan con contextos sociales y vitales imposibles de ignorar; como la inagotable pandemia del COVID-19, que ha convertido las mascarillas homologadas para protegerse frente a contagios tanto en una obligación como en un accesorio a juego con los deslumbrantes trajes barrocos habituales en estas ceremonias, tanto de novias y novios, como de damas de honor o invitados.
Pero otros tienen que ver con esa ruptura necesaria de las imposiciones estéticas según si la persona que se casa es hombre o mujer. Ahora, si ojeamos una revista nupcial virtual o impresa, puede que nos sorprenda encontrarnos con vestidos de novia negros y, sin duda, elegantes y misteriosos. De igual modo, los trajes de novio no tienen porqué supeditarse a ese color en absoluto, y pueden ser blanco roto o, tal vez, de tonalidades pastel. Ojalá la moda siga sorprendiéndonos así en el futuro.