Los trajes para novio hoy en día pueden ser tan deslumbrantes como los vestidos de novia. Incluso más, si atendemos a las modernas colecciones que cada año van saliendo. No hay que irse, no obstante, a ningún catálogo internacional de renombre para darnos cuenta de esta realidad. Basta con investigar un poco el panorama de las boutiques y las sastrerías en España, por ejemplo en ciudades como Barcelona. Aquí, los novios tienen un amplio abanico de posibilidades en cuanto a modelos de atuendo diversos y coloridos para lucir impresionantes en el día de su boda. Nada que envidiar, en definitiva, a los fastuosos vestidos blanco roto con velos de encajes.
En una sastrería a medida de Barcelona, en definitiva, hay algo más que trajes de chaleco y pajarita de colores negros, grises y apagados. Los tonos pastel, los azules eléctricos o los verdes brillantes también pueden tener un espacio destacado. También, las pajaritas de estampados florales o los adornos plateados o dorados. Sin olvidar, claro está, los complementos, a cuál más sorprendente: desde la tradicional flor del bolsillo izquierdo de la chaqueta, hasta bastones y sombreros. En fin, lo difícil no será encontrar trajes que compitan con la gama cromática del arcoíris, sino quedarnos con solo uno de ellos.
Lo que bajo ninguna circunstancia debemos hacer es renunciar a los trajes de novio que más nos gustan solo porque se supone que no debemos pasarnos innovando, o ser demasiado desvergonzados. Es nuestra boda, un día feliz, uno en el que, junto con nuestra pareja, somos protagonistas. Hemos vivido, sin duda, épocas duras por culpa de la pandemia del coronavirus y sus consecuencias sociales y económicas, ¿por qué deberíamos pedir perdón por vestir como queramos?
Lo que está claro es que, si escogemos un traje precioso y nos lo probamos, no tendremos ninguna duda en absoluto de que habremos hecho lo correcto. Disfrutar, vivir, sacarnos fotos y rememorar nuestra ceremonia nupcial es aún mejor si, además de eso, también lucimos despampanantes. Hay tiempo para investigar a fondo el mejor traje, pero que nadie nos quite la ilusión de elegir nuestro favorito.