Con una disciplina financiera, resultan en compras y préstamos casi gratis. Bajo estas condiciones, pareciera que no tienen ninguna consecuencia, pero justo por eso llegan a ser adictivos. Y manejar créditos constantemente genera mucho estrés, tanto para el bolsillo como a nivel emocional.
Lo ideal es que estos préstamos en 10 minutos sin papeles sean aprovechados al máximo posible, de tal forma que no haya riesgos financieros y que las adquisiciones que se hagan sean realmente útiles. No vale la pena que te endeudes si no te genera ningún beneficio real.
Compra cosas que sean duraderas
Si compras algo de alto valor que vas a estar pagando durante 24 meses, lo correcto es que te dure al menos ese tiempo. Tendrás un compromiso financiero innecesario si pides un crédito para comprar un smartphone y tienes pensado cambiarlo año a año, o que se te estropee antes de tiempo. Da una muy mala sensación estar cumpliendo con los plazos de pago de la compra de algo que ya no usas.
Otro factor a evaluar es el costo de ese objeto. Cualquier cosa recién salida al mercado va a tener un costo elevado, que se depreciará con el tiempo. No es necesario que tengas lo más nuevo, cuando hay opciones igual de funcionales con menos de la mitad de su valor, pero que tienen unos años en el mercado. Esto aplica para todo, desde ropa y accesorios, hasta la tecnología.
Compra lo que puedas usar
Un ejemplo claro es el siguiente: ¿para qué pedir préstamos rápidos sin papeleos para comprar una consola de videojuegos, sin que puedas comprar los videojuegos? La consecuencia es la misma que en el caso anterior: seguirás pagando por algo que no usas. Asegúrate de que tu compra tiene todo lo que necesitas para usarla.
Compra lo que te guste usar
Este consejo parece muy obvio, pero no tan fácil de seguir. Tus gustos son tuyos, pero es posible que sean moldeados por la exposición constante a la publicidad. Cualquier cosa es muy atractiva de comprar. Incluso, por ejemplo, un smart tv, a pesar de que hagas todo desde el ordenador. También pueden ser zapatos que realmente te sean incómodos de ponerte.
Cuando se te ocurra comprar algo que no es de primera necesidad, espera un par de meses. Si sigues queriéndolo, imagina en qué circunstancias lo usarías. Si sigues queriéndolo y te ves usándolo, cómpralo. Haz que cumplir tus plazos de pago valga la pena por algo que te gusta usar día a día.