¿Cuándo una disciplina o una ciencia se convierten en tal? Es decir, ¿cuándo podemos considerar que se desliga de la disciplina de la que nació inicialmente? Normalmente, tenemos que atender a tres aspectos esenciales.

Para empezar, toda ciencia independiente tiene que disponer de un objeto de estudio. A continuación, ese objeto de estudio ha de estar sometido a una investigación.

Por último, dicha investigación solo puede llevarse a cabo a través de una metodología concreta, que incluye una praxis o práctica específica, y una terminología concreta. Es decir, una ciencia y disciplina que no dependa de otras ha de tener su propio lenguaje.

Dicho lo cual, ¿podemos considerar al marketing digital una ciencia o disciplina aparte del marketing y la publicidad convencionales? No cabe duda de que, a grandes rasgos, cumple con todos los requisitos mencionados anteriormente.

El objeto de estudio es claro: el usuario en la red, pues a través de él se pueden elaborar las estrategias de marketing online necesarias. Dichas estrategias, así como su finalidad, que es la visibilidad y el alcance de la reputación online, son el objetivo básico del marketing digital, y por lo tanto su metodología.

Además, tienen un lenguaje propio claramente diferenciado. Solo en el ámbito del marketing digital usamos conceptos como posicionamiento web, campaña SEM en buscadores, community manager, tráfico web, etc.

¿Es por ello el marketing digital una disciplina o una ciencia aparte? En realidad, en este caso podemos afirmar que es una rama dependiente a medias de su fuente.

Al fin y al cabo, el marketing elaborado a través de internet sigue siendo marketing, y como tal es imposible llevarlo a cabo sin aplicar correctamente los fundamentos de la publicidad más convencional.

Sin embargo, también es cierto que internet y sus herramientas han revolucionado este medio y han permitido el nacimiento de nuevas técnicas, de modo que, en cierto sentido, el marketing online goza de entidad propia. De hecho, le está ganando claramente la partida al marketing más tradicional.

Por todos los motivos señalados, decimos que el vínculo que une a las dos ciencias todavía existe, pero es muy fino.