El pez grande se come al pequeño y esa es una máxima que hemos escuchado en multitud de ocasiones. Se da en todos los contextos. En el social, se refleja en la clase social y también en la dicotomía grupo opresor-grupo oprimido.
En el mundo laboral y profesional, lo vemos en las empresas. Sabemos cuáles son las grandes multinacionales porque, además de disponer de decenas de franquicias repartidas por todo el país, disponen de un edificio central generalmente situado en la zona céntrica y visible desde varias calles más allá.
Sin embargo, las pequeñas y medianas empresas, así como los negocios familiares, son invisibles o se sitúan en la categoría «de barrio».
En un sentido tradicional, es difícil, por no decir imposible, que las pequeñas empresas compitan con las grandes en un mismo sector.
Las multinacionales disponen de recursos económicos de sobra para ser capaces de jugar con las subidas y bajadas de precios siempre que lo deseen. Sus arcas están lo suficientemente llenas como para evitar que cualquier contingencia los lleve a la quiebra o no les permita contratar nuevos empleados siempre que lo deseen.
Las empresas recién nacidas y las familiares, por lo tanto, viven en un estado perpetuo de incertidumbre en la urdimbre competitiva empresarial. Al menos, y lo repetimos, en un sentido tradicional. ¿Pero qué ocurre en internet?
Internet ha convertido la competición en algo democrático e igualitario. Hoy en día, una pequeña empresa y una empresa familiar pueden ser en la red tan visibles como una gran empresa gracias a las nuevas estrategias y técnicas de posicionamiento web. Lo importante es que cualquiera de ellas aparezca en los primeros resultados de búsqueda.
Luego, tanto para entrar en dicha web familiar como en la web de una gran franquicia comercial, solo hay que hacer una cosa: hacer clic y quedarse. Se quedará quien encuentre lo que busca y se sienta a gusto en la web, algo que se consigue ofreciendo una gran experiencia de usuario, y contenidos que destaquen por su calidad.
¿Y quién juzga esa calidad? El usuario. El tablero de juego ahora es distinto.