Cuando nos compramos un ordenador, solemos prestar atención al núcleo interno. Es lógico, pues al fin y al cabo ahí está el alma de los ordenadores, el corazón del funcionamiento, con todo lo que necesitamos para que funcione correctamente durante muchos años.
Es decir, el disco duro, la tarjeta gráfica, la placa base, etc. Sin embargo, en ocasiones nos centramos tanto única y exclusivamente en ese núcleo que olvidamos otros componentes importantes. El teclado y el ratón no son menos importantes en un PC solo por ser externos o poder sustituirse con relativa facilidad.
Centrémonos en los teclados. Hay muchos y muy variados, y generalmente solemos adquirirlos en función de una cuestión estética.
Al fin y al cabo, todos los teclados son iguales, ¿no?, no hay ninguna diferencia entre ellos. Falso, sí la hay: en la suavidad de las teclas, en el ruido que hacen, en si disponen o no de iluminación. Todos esos aspectos, a la larga, influirán positiva o negativamente en la fluidez con la que usemos el ordenador, y es especialmente importante si de él depende nuestro trabajo diario.
Un teclado dispone en su interior de un microprocesador que se encarga de codificar las teclas para generar en pantalla la impresión virtual del símbolo al que van asociadas, todo ello a través de un código binario.
Por lo tanto, ese microprocesador es uno de los aspectos que tal vez tengamos que tener en cuenta si decidimos comprarnos un buen teclado para PC, pues unos pueden ser más duraderos y eficientes que otros.
A partir de ahí, el abanico de opciones en cuanto a modelos se amplía. Una posibilidad es el teclado QWERTY, diseñado a partir de las antiguas máquinas de escribir y caracterizado por su resistencia y la ausencia de atascos.
El teclado Dvorak, por su parte, es uno de los más veloces del mercado, y muy práctico al contener en la fila central las teclas que más suelen utilizar los usuarios. Los de iluminación, por su parte, son muy útiles para jugar a videojuegos. Debemos analizar qué nos interesa en un teclado y actuar en consecuencia.
Eduardo Fuentes
Wannacash