Está claro que la intención de las aplicaciones es recaudatoria, para ello, tienen que volverse masivas, con lo que los servicios que ofrecen deben cumplir un propósito esencial: posicionamiento en buscadores.
El asunto presenta varios puntos de vistas, por una parte, para un sitio personal, informativo, e-commerce, el propósito es el mismo, de manera que la conclusión lógica es que esas aplicaciones se diseñen para ayudarte en el proceso.
La cosa no es así ni funciona de esa manera. El que se posiciona con las estrategias de esas aplicaciones, es la aplicación misma, hay un porcentaje de la torta que le toca al que decide confiar sus estrategias de marketing a ese tipo de aplicaciones confiando en que si se suelta un tiro al aire en el medio de la masa, la bala le toca a alguien, y ese alguien producirá una repercusión a su alrededor, algo así como una onda expansiva.
Un sistema que confía el propósito de éxito al azar de la masa, es un sistema que no crece en proporción a beneficios, sino en administración, gestión y recursos humanos.
Las redes sociales son el producto más aplicado en marketing, pero el resultado no es acorde a la intervención en recursos humanos y gestión.
Por una parte, porque los buscadores no tienen en cuenta los accesos que provienen desde las redes sociales, por ser fácilmente manipulables, en respuesta a esta exclusión, las redes sociales proponen sitios o páginas, directamente conectadas como servicios, de manera que “lo gratis”, se convierte en un imán, relacionado a lo fácil que resulta participar, todas actividades que encubren lo importante: cómo destacarse sin necesidad de buscar “a dedo”, uno a uno, los clientes, asociarlos contactarlos. Si algo tiene la Internet es precisamente acceder a los clientes sin necesitad de buscarlos, buscarlos en la red, es la misma acción que buscarlos en el mundo real, no tiene sentido, es trasladar métodos del marketing a un medio que funciona de otra manera.
La palabra clave es destacarse: trabajar con la diferencia y calidad de contenidos es la clave para acceder a los clientes, sin necesidad de buscarlos uno por uno, o por grupos.
Implementar estrategias de marketing en las redes sociales es como rascarse la oreja izquierda con la mano derecha, cuando puede realizarse directamente proponiendo al buscador, contenidos diferenciados.
Sin embargo, hablar de contenido diferenciados es un albur, no es posible conocer el contenido de la competencia, sin utilizar recursos humanos especializados; por una parte porque el mismo proceso infiere llegar a ese recurso especializado: conocimiento de las cualidades de la persona que se necesita.
La idea es ahorrar camino, administración y gestión, y es, desde ese punto de vista que las redes sociales muestran su mejor cara, el orden correcto para un organizar un canal de comunicación con el cliente es conocer qué quiere ese cliente, para ello, se gestiona, mediante herramientas de análisis de tendencias una consulta sobre cuáles son las inquietudes de los clientes que ya están en las redes, respecto al producto que queremos ofrecer.
Una vez que conocemos la forma en que los usuarios buscan lo que podemos ofrecerle, necesitamos difundir contenidos al respecto, y con ello, ya estaremos en el camino directo.
Para elegir los sitios donde difundiremos tenemos opciones de sitios en los que se puede colocar ese contenidos, y si esos sitios no tienen demasiada publicidad, será mejor.
Los mejores canales para implementar estrategias de marketing no son las redes sociales, sino los medios donde hay contenidos que se pueden clasificar, y que son detectados por los buscadores como medios idóneos de información.