Cuando nuestra casa está reclamando a gritos que necesita una buena mano de pintura y la reforma inmediata de alguno de los muebles que, debido al uso, presentan un aspecto nada atractivo, entonces, ha llegado el momento de ponerse manos a la obra.
No tenemos mucho dinero en la cuenta corriente. Esta circunstancia es muy habitual en la mayoría de las familias que perciben el salario mínimo.
Los pagos periódicos como la luz, el agua, la comunidad; los extras, la vuelta al cole, gastos médicos... dejan poco espacio para el ahorro. En estos casos, lo más rápido y práctico es recurrir a solicitar préstamos rápidos, una forma de obtener la pequeña financiación que necesitamos para cubrir, por lo menos, alguna de las reformas más urgente o necesarias de la casa. No piden demasiados requisitos, ni papeleos innecesarios.
Tan solo, se aseguran de que, esa cantidad prestada, va a poder ser reembolsada por el cliente. Y, para ello, no hace falta presentar nómina, solo justificar unos ingresos periódicos.
De esta manera, evitamos poner en compromiso a familiares que ya, en otras ocasiones, nos han dejado dinero.
Si con el dinero prestado a través de los minicréditos, hemos reformado el baño, por ejemplo. Y, por el momento, no queremos pedir otro préstamo rápido y somos conscientes de que la mesa del salón presenta un aspecto muy deteriorado.
Por muy poco dinero, podemos restaurarla nosotros mismos. Solo hay que comprar lija y pintura y seguir unos pasos sencillos:
- Limpiamos la mesa con un paño húmedo.
- Pasamos la lija, de esta manera, eliminamos la capa de barniz que protege a la madera.
- Una vez decapada, le damos una o dos manos de pintura.
No puede ser más sencillo, tres simples pasos, un poco de tiempo y dedicación y habremos logrado que la mesa del salón luzca como nueva. Además ahora, esa mesa tendrá nuestro sello personal. Y nos habremos ahorrado una buena pasta.
Si tenemos alguna otra cosa pendiente y para la que no tenemos tiempo ni aptitudes, como podría ser la de dar una mano de pintura a toda la casa, pues lo mismo, esperamos al mes que viene para darnos un respiro y volvemos a solicitar un minicrédito. Solicitar créditos sin nómina nos puede ser de gran ayuda a la hora de dar con la entidad financiera privada que nos ofrezca las mejores condiciones, de acuerdo a nuestra situación personal.
Ya hemos visto como no hace falta gastarse un dineral, ni esperar meses y meses con la expectativa de reunir los ahorros que nos permitan pagar esas reformas que tanto nos urgen. Fácil, rápido y barato. Y el resultado, francamente, habrá merecido la pena.