Un sector con actividad productiva interesante para el desarrollo del sector, es la industria naval y aunque la situación de financiamiento de todos los sectores está comprometida, hay normas fundamentales en la agenda del estado para promover el sector.
La industria naval compete a muchos sectores de trabajadores, empleados administrativos, logística, seguridad y aspectos que tienen que ver con la competitividad.
Uno de los factores a tratar es la carga impositiva que no depende del país local, sino de los países de comercialización, en moneda extranjera, desventaja importante para las operaciones marítimas.
Servicios de transporte y otros se han visto comprometidos por normas que ajustan la acción de la industria naval, restándoles posibilidades para competir y acompañar el crecimiento del país.
El servicio de flete por agua es una de las actividades postergadas en la transitoriedad de cambios políticos.
La industria naval está considerada en el mundo uno de los factores de diferenciación económica importante para los países, en cuanto a políticas de exportación, la prestación de la industria, no sólo pesquera, sino también como transportadora de valores y productos, significan una presencia importante en el mundo financiero.
La capacidad de trasladar insumos, herramientas, productos por el mar, ha sido siempre la mejor solución para establecer relaciones comerciales entro los países, proyectar actividades básicas que nos den presencia en todos los países del mundo constituyen más que un sistema de relaciones internacionales, son la puerta al mundo de la presencia de nuestro país.
Muchos aspectos de la actividad comercial están cambiando, de la mano de la tecnología, las formas de trasladar productos, y los modos de comercialización, el traslado debe estar a al altura de esos esfuerzos, de nada sirve una veloz comunicación si no se puede responder con el movimiento físico de productos a una velocidad que se condice con el mundo y la competencia.
En ese sentido, Argentina tiene poco claro la explotación de sus recursos navales, o por lo menos la postergación del tratamiento de los problemas que acucian a la industria no es atendida con la celeridad que se impone.
La capacidad de importar y exportar no parece tener una contraprestación adecuada debido a la falta de instrumento legal y normas que beneficien al sector y sostenerlo con suficiente flexibilidad para competir en el mundo.
La situación impositiva entorpece el financiamiento naval como para establecer condiciones que nos equiparen al resto de los países, por lo que la competencia extranjera es un problema difícil de resolver.