Sentado en el mismo bar de siempre, levantás tu mirada del libro que estás leyendo; te ponés difuso, te perdés en la realidad.
La conexión se corta y vos seguís tu camino fuera del libro, en otra ficción; la realidad se vuelve clandestina.
Volvés a leer, ahí, entre palabras, ya no estás.
Temo que en el bar ha ocurrido un salto, algo por vivir, intermitentemente tenés el impuso repentino de abandonarme.
Esperé, esperé, esperé tanto que justé todas las esperas y te las devolví juntas. No espero más, ahora que espere otra.
Ana Lexton
Este obra está bajo una
Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.