En la era del despegue de tecnologías, las redes sociales, no hay que confundir conexión con comunicación.

Las tecnologías, sin duda, ha convertido los sistemas de comprensión en nuevas propuestas, nuevos lenguajes y simbologías, lo que en muchos casos ha provocado una diferenciación importante en el mercado de la comunicación en cuando a modalidades del lenguaje.

Encontrar cómo dirigirse al público es una sorpresa permanente.

Es importante distinguir el sentido de la comunicación, que no es siempre vender, sino construir, en los mercados globalizados la participación implica un proceso de integración importante.

Si antes el lenguaje era una barrera, ya las aplicaciones se ocupan de facilitarnos la traducción, es bastante común contar con servicios en cualquier idioma y realizar consultas en el propio, la intermediación con el leguaje ya no es un escollo.

En el medio, hay algunos aspectos de la presencia que no se tienen en cuenta, los jóvenes que están mejor preparados para enfrentar los aspectos sociales de la redes, conocen los vericuetos y argucias para sumar adeptos, lectores, seguidores, tienen el desafío de replicar ese éxito en el mundo real.

Algunos pueden pretender que no se necesita, pero lo social implica pertenecer a algún tipo de grupo, y las empresas, que son la fuente que alimenta las aplicaciones y sus usos, requieren que las personas no sean sólo nicks, seudónimo o avatares, los que puedan intercambiar las habilidades tecnológicas y compartirlas con habilidades sociales en el mundo real son los que nuevos exitosos del futuro.

La relación con el entorno, no es sólo con la tecnología, sino con todo lo que representa una imagen, elección de la ropa, perfume, actividades laterales, como deportes, música, entretenimientos que implican compartir espacios comunes que son las que permiten detectar las habilidades personales y propias  que son invisibles en las redes.

Algunos especulan con que pronto no será necesario siquiera conocer a las personas que están del otro lado, ya sea por negociaciones o por servicios, o transacciones comerciales; sin embargo, las estadísticas aún indican que por las redes, sitios, sistemas de ecommerce sólo pasan por transacciones comerciales, servicios muy específicos, como hosting o uno que otro producto que se  encuentra demasiado lejos, pero el uso generalizado es de información.

Es la información la que va a la cabeza de los usos en Internet, es por ello que los diseños se acomodan a la tecnología de móviles, pero las decisiones de la compra en tanto haya oportunidad presencial, es de preferencia de los usuarios.

Este no es un rasgo generacional, también se da en los jóvenes que son los grandes consumidores, tanto de tecnologías como de productos.

Algunas empresas que necesariamente circulan exclusivamente por Internet como los sistemas de venta de usados, y luego, el más importante espacio está cubierto por la cultura, el gran ganador, la cantidad de propuestas artísticas y literarias es uno de los placeres que más se disfruta, sobre todo por la gran cantidad de artistas que han emprendido la autogestión como método de difundir sus propuestas.

La red es sin duda de los artistas, la cultura ha hecho de la Internet un medio cada vez más interesante en este aspecto que es usualmente poco tenido en cuenta por las empresas, que a la hora de difundir prefieren otras alternativas.

Ya aparecerá el empresario que comience a comprender que tal vez se está olvidando de un medio más que generoso, el cultural, para exponer sus productos.

Para cuando se comprenda que los artistas con sus planteos comunicacionales, extravagantes pero atractivos son un atajo poco explotado para llegar a los usuarios potenciales clientes.