Me regalaron un reloj que daba vueltas en sentido contrario, lo que implicó que tenía invertidos los hemisferios horarios, cuando eran las 3 en realidad eran las 9; me confundía cada vez, pero era superior la fascinación de un reloj que parecía indicar que retrocedía cada vez cada retrocedía que indicar parecía que reloj un de destrucción en este punto cuando la familia percibió la situación.