La consternación que provocan las nuevas medidas no tiene aún su correspondiente reacción, a pesar que los medios de prensa que pueden, informan las implicancias que provocaría el retiro de las retenciones y la continuidad de un programa de ajustes, no hay organizaciones planteando ni la más mínima protesta.
Quizás, dicen algunos analistas, la distracción sobre el inusitado golpe de estado propuesto por el presidente electo está distrayendo la atención del ciudadano al que por la otra puerta le colocan la economía bajo el título de “sinceramiento”, pero que no es otra cosa que un traslado de las deudas del estado al ciudadano común a favor de los medios empresariales.
Había un límite de la exportación en todos los rubros, sin esa traba, y a precio dólar, los productos argentinos se generarán exclusivamente para el exterior, el país se verá obligado a importar para el consumo interno con el correspondiente precio.
Será como si viviéramos en estados unidos, sin sus beneficios.
El mayor peligro está en la canasta familia, carne, harinas, que son las más requeridas en el exterior.
No se comprende aún que haya una política de despojo de esta magnitud y nadie que se oponga.
Algunos dicen que hay que esperar a que sea presidente y que lleve adelante lo que se dice, que no se puede actuar con antelación, pero la realidad dicta otra cosa, empezando que mismo Macri, con su cautelar sobre el momento en que él llega a ser presidente no juramentado, acción de golpe de estado innecesario surgió desde un rumor, ya que no hay registros de que lo que indicó como origen de tal acción haya ocurrido.
Macri se ha caracterizado por armar películas que nadie le cuestiona, asignándole la misma acción al gobierno saliente, no parece percibir que es el mismo método del cual se quejaba de la administración K, que ha llevado a la situación actual.
Por otra parte, ha sido una constante en actitud Macrista, prometer, no cumplir; el método lo ha llevado hasta la presidencia, habrá que asignarle algún extraño poder de palabra en la que el significado vacío es exitoso.
Por el momento, la población está ausente del “efecto retenciones”, cuyos anuncios, de ser reales, significará que será la población la que le pague a los productores sus ganancias.
Con ello, los caceroleros cerraron un círculo inquietante, del lado de adentro, ellos incluidos estarán pagando al campo para que ellos generen un producto del que nunca disfrutarán. El latifundio recargado.