En la facultad de arquitectura, había una materia en la que te enseñaban el instrumento del diagrama de hilos. Esto implicaba desplegar el plano de los ambientes de la oficina, y colocar un alfiler con las actividades que se desarrollaban en cada instalación, mesa, pasillo, escritorio.
Con diferentes colores de hilo, se estimaba el recorrido de papeles, de personas, de público, de servicios, con ello, se estudiaba la optimización del espacio.
Tal método, probadamente efectivo, no tenía en cuenta el relevo de las generaciones, que es el relevo de la tecnología, que organiza las actividades, además de en el espacio real, en el espacio virtual.
De este modo parece quedar desterrada la practicidad del diagrama de Hilo, en la actividad virtual hay algo de suspenso de la actividad de las personas.
El destierro de un modelo, abre la posibilidad de otro, el arte, por ejemplo, que suele tener su correlato con el ocio, en una forma ahora utilitaria, tiene su oportunidad, la naturaleza, espacios de luz y ambientes provistos por espacios parquizados, quizás en los hogares, y la forma de archivar trabajo, en espacios tan pequeños como las memoras de las computadoras o dispositivos externos, cuyos requerimientos tienen que ver con su vida útil, y características de temperatura y polvo del ambiente controlados.
De este modo, las dimensiones para el desarrollo de una actividad, comercial, administrativa o de cualquier especie, ha modificado y superado, en muchos casos los espacios disponibles.
La adaptación de los muebles es uno de los factores más significativos, ya que en la mayoría de los casos, en edificios de jóvenes 50 años no de podrán realizar modificaciones, ya que es poca edad para la vida útil de la edificación, pero vieja para sus objetivos de uso.
La imaginación al poder, plantea un auge de decoradores y diseñadores de objetos útiles para las nuevas necesidades.
En los viejos manuales de administración de oficinas, los consejos sobre organización de archivadores, tener a mano lo que se fuera a necesitar, producto del sistema de Diagrama de hilos, ha quedado en el olvido; la nueva generación necesita espacio para discos duros, y extraños sistemas de seguridad que dialogan entre sí con hackers, más que con antiguos diagramas.
La única actividad que sigue vigente en la organización de la oficina es la que se da naturalmente, la personalización del espacio, la foto familiar, que ahora en vez de un marco está en el fondo de la computadora, o esa macetita con una planta verde, recomendada por los oftalmólogos como útil para descansar la vista, mirándola de vez en cuando.
La vida que se desarrolla en todo trabajo administrativo o de cualquier índole, está en una pantalla, el resto, nuestro cuerpo, silla, comodidad espacial, desaparece en importancia.
Un empresario astuto, en vez de invertir en muebles, vista espectacular, invierte en una oficina en tres cosas fundamentales, un equipo actualizado, de última generación, una silla cómoda y temperatura ambiente confortable, el resto, sobra.
A las inmobiliarias, aún les falta descubrir esta situación para presentarla como un efecto a favor, los espacios adecuados para estar sentados horas y horas y que nada interfiera.