Cuando el río suena, dice el dicho; cuando se habla de Google, no es para nada bueno, más allá del ámbito de la tecnología y los negocios, el éxito de esta empresa pone en peligro cualquier negocio, además de acaparar.

Todo estaba bien, hasta que comenzó a ir por el camino equivocado. Sin duda que Google es un producto sólido y útil, y que se ha vuelto imprescindible, el problema comenzó cuando se empieza a notar que el discurso de “libre alberdrío”, del producto no es tan así.

Los países de la Eurozona, con 27 miembros, sintió que era hora de pedir acciones punitorias contra Google, esta vez por no respetar la confidencialidad de datos de sus clientes.

El reclamo, viene desde hace tiempo, pero la empresa es conocida por dejar hasta el último recurso el resolver situaciones que rozan con la ética. En el caso actual, la Comisión Nacional Informática y Libertades Francesas decidieron emprender acciones que no sean meramente de advertencia, sino que solicitan algo más.

Recordemos que Google ya sufrió anteriormente un duro golpe por asuntos de propiedad intelectual, que traspasó por todas las instancias legales posibles, antes de comenzar alguna acción.

La acción fue discutible también, pues le dio un plazo a cualquier autor a quejarse, si no lo hacía hasta ese plazo, tácitamente habría un consentimiento. El asunto se supo, de corte artero, no se sabe bien en qué quedó, pues seguramente muchos autores no saben que se ha utilizado su material siquiera; la cantidad de información que los gigantes como Google mueve con muchos recursos y personas es imposible de aprehender por las simples personas, de manera que la situación siempre ha quedado en una especie de limbo, en espera que vuelva a saltar.

Lo que le queda claro al mundo es que la empresa Google actúa con una falta de ética y de filtro en todos los órdenes, lo que la ha colocado en el ojo de la mira de cualquier institución, sea estatal o privada en la observancia de los abusos de la empresa debido a su hegemonía entre las búsquedas de internet.

Encuestas entre empresas, manifiestan mayormente inconformidad con lo que se nota un sesgo por la información que Google elige mostrar con las búsquedas, que cada vez están más lejos de sus propios consejos sobre cómo debe realizarse la acción.

Haz lo que yo digo y no lo que hago, dicen las empresas, que ya no esperan mucho de una empresa a la que ya no consideran una aliada, sino un escollo que hay que atravesar, un mal trago.

Las encuestas dan números negativos para la percepción que los usuarios tienen sobre Google, sobre todo con el advenimiento del Android, el sistema operativo de dispositivos móviles, que vende como un regalo para el usuario, el conocimiento de sus preferencias, con la excusa de ofrecerle al usuario lo que él necesita.

Estas acciones ya son controvertidas en el propio buscador, y algunos países han presentado quejas, en apoyo a las instituciones empresariales porque encuentran cada vez más evidente la manipulación de Google para dar relevancia que le pagan por esa preferencia, lo que no está en cuestión, sino que va en detrimento del usuario que no quiere pagar y al que le vendieron que en Google no hay manipulación.

Estas mismas cuestiones provocaron para Google el retiro de su producto de un mercado tan importante como el Chino, en donde el gobierno en forma expeditiva, decidió eliminar esa aplicación de su país, creando sus propios buscadores, que superan en cantidad y uso al propio Google, eliminándolo de un negocio millonarios, recordemos que los Chinos son prácticamente el 50 por ciento del mercado mundial de usuarios.

El no tomar en serio el enojo por manipulaciones ya le ha costado a Google un mercado extraordinario como el Chino, habrá que ver cómo actuará frente a las quejas de la Eurozona, que ya lleva meses en los reclamos.

Cualquier usuario común, ya sabe que Google intenta competir en las redes sociales, abusando de servicios que ya tenía implantando, por ejemplo en Gmail, que ahora ha quedado pegado al producto Google plus, que intenta competir con Facebook, en la experiencia de los usuarios la mayoría consultada ni siquiera tiene conocimiento que tal cosa ocurra, el usuario percibe como cambio en la modalidad de su perfil, sin registrar que ahora es público, vulnerando políticas de privacidad.

La activación de este tipo de actividades, sólo beneficia a Google, que ahora usa la información para venderla a empresas, que nos usan invadiendo todos los recursos, redes sociales y amigos y seguidores, forman parte del mismo proceso.

El usuario común asiste indefenso a la invasión de su privacidad sin entender cómo accionar o cómo es que le dicen que se beneficia con algo que no sólo no solicitó, sino que hasta se volvió molesto.

En el resultado final, Google se percibe con cada vez más incomodidad, por el usuario común, cosa que ya está pasando a Facebook, que con la misma política de invasión a sus usuarios, en sus muros, genera malestar y rechazo, las empresas que participan de esa invasión comprueban que el usuario se entrena en invisibilizarlas, ni las lee, ni las sigue, ni participa.

Las empresas también deben empezar a comprender que una cosa es contenido y otra publicidad, mientras sigan confundiendo ambos, la ganancia que consigan en el proceso estará en un nivela insatisfactorio respecto al proceso administrativo que implica.

Google, mientras, está en situación parecida, ya molesta en todos los niveles la evidente manipulación de los datos de los usuarios.

Habrá que ver qué gana, la ética o negocios hoy que tal vez no sean nada en el futuro.