El Ministerio de Educación con una medida ridícula, asegura que eliminando las notas escolares entre 0a 3, es un adelanto para estimular los estudios de los chicos. Las notas, comenzarán en el número 4, bajo el argumento que las notas bajan estigmatizan.
Qué lindo, siempre nivelando para abajo. En la era donde la inteligencia, la preparación, se está haciendo dueña del mundo, pronto hasta las joyas serán inteligentes, la educación de los niños se precariza cada vez más.
Los niños no conocen la palabra estigmatizar, es una palabra que usan los adultos para el bulling, en vez de atacar la educación que promueve el bulling, transmiten un discurso de atenuación de las acciones que supuestamente provocan bulling.
En ese sentido, mejor que hacer desaparecer notas bajas, que lo que indican es que el niño debe esforzarse, sería educarlos contra el acoso o estigmatización, que es parte de la educación para que no se convierta en un adulto agresivo.
Es decir, burros y con derechos a los abusadores, ese es el mensaje.
El esfuerzo no es necesario, para qué, si estará a la altura de los que se esfuerzan.
Desde las casas, en realidad, la mejor política es trasmitirles, que sin importar las absurdas normas que desde las escuelas imponen, cada uno tendrá que vivir consigo mismo con la educación que alcancen.
Ser el preferido de la maestra, que nunca le pone mala nota, como ser el objeto de abuso, ahora por parte de las políticas del Ministerio de Educación, tratándolo condescendientemente, con el mensaje de no es necesario esforzarse para salir de mediocre, no te salva de tener que vivir tu propia vida, en un mundo donde cada vez es más necesaria la preparación, la formación real.
En el mundo que le espera al niño, habrá muchos que admitiendo la ridícula norma que pretenden imponer, en la que educan a un niño para no aspirar, será un adulto con más que dificultades, incapaz de inferir que su deficiente educación, con la que el estado fue cómplice, lo coloca en situación de desventaja.
Total, ninguno del Ministerio, genios que justifican los sueldos con ideas absurdas, ni las maestras que consensuan, tendrán que vivir la vida por él.
Los padres, resignados, no tienen ni voz ni voto. Y en el transcurso, los mejor años, los años de formación se pierden irremediablemente, sin que los niños lo perciban hasta que ya es tarde.
Lo que no se dice en el medio, es la realidad de fondo, que las estupideces de Macri sacó a flote: no hay lugar para niños que se retracen, ni repitan, ni tengan que repetir grado por no esforzarse, harán cualquier cosa para sacarlos de las escuelas, porque no van a crear nuevas, tiene que alcanzar con las que hay, si para ello necesitan sacarlos perdonándoles lo que no aprenden, no importa, total, el problema se arrastra a la secundaria.
Luego, la secundaria, toman medidas parecidas, y la universidad igual, con un espejo diferente, es mejor “mantenerlos” con la ilusión de que en la universidad tendrán alguna oportunidad, que se queden todo lo que puedan, porque si no, es una cantidad de gente en el mercado laboral que no hay cómo absorber, lo hagamos fácil para que pierdan los años allí, tratando de recibirse.
Mitad estudiando, mitad trabajando, es salario bajo, salario de “estudiante”, para sus gastitos, lo que bastardea el salario del trabajador que ahora compite en desventajas.
Lo que el Ministerio trasmite con eliminar la estigmatización lleva a una cadena de consecuencias que no es más que una bola de nieve.
Pero no importa, total, para cuando estos niños sean adultos, habrá alguien que con toda la educación como se debe, estará preparado para usarlo de cliente, para adquirir todo lo que no pudo adquirir cuando fue niño, teléfono inteligente, casa inteligente, seguridad inteligente, salud inteligente.
Adivinen quiénes podrán pagar la vida inteligente y quiénes será el portero de la casa en la que viven.