¿La literatura policial basa sus principio en el desconocimiento, el misterio, el secreto, será posible que estos elementos puedas eliminarse y por lo tanto hacer desaparecer al género?
La relación comienza un recorrido posible desde la “Teoría M” de Edward Witten, porque ser una forma más o menos liviana de ingresar a la Teoría de Cuerdas o la Teoría de Todo. A grandes rasgos, esta teoría relaciona la física de lo macro con lo micro, la teoría de la relatividad aplicada al Universo y la teoría cuántica sobre los elementos más ínfimos de la materia.
Espero no aburrirlos, pero esta teoría revela (el uso del verbo revelar no es casual, no propone, sino que revela), la existencia de varias dimensiones, lo que explicaría mucho de las oscuridades de la ciencia.
Varias dimensiones involucran la convivencia con dimensiones de la que no tenemos percepción, ocurriendo mientras nosotros ocurrimos, valga la redundancia.
No voy a meterme en definiciones extensas, sólo mencionar el hecho de que para haber determinado esas dimensiones posibles, hay una que fue necesario admitir primero que todas, la que nos compete: el tiempo.
El tiempo, como vector, con sentido y dirección, el tiempo como haz de ocurrencias (esto ya está descripto en el libro “Historia del Tiempo” de Stephen Hawking). Lo que implica poder ubicarse en cualquier punto del vector del tiempo, en otro tramo diferente al presente, un punto en el pasado, por ejemplo.
Para los que se resisten a pensar que pudiera haber algún dispositivo inventado por el hombre que permitiera observar el pasado, debo recordarles que ya existe, es el famoso Telescopio orbital Hubble, el ojo del cielo, que está captando partículas del pasado. Fue, en su momento, una sorpresa y la confirmación de la teoría del Big Bang, ya que se detectaron partículas cuyo patrón de energía sólo pudo crearse en ese momento. Las partículas habían dado la vuelta al universo, estaban volviendo y siendo captadas por el telescopio, lo cual confirma las dos teorías importantes de la física relativista, el Big Bang mismo y que el universo es curvo, no es infinito, resultado que coincide con la especulación de la fórmula cuadrática de la energía.
Volviendo al asunto, y por decirlo en breves palabras: se acabarían las novelas policiales.
Si se puede ver en la línea de tiempo, podremos saber, finalmente, quién estuvo acertado en la cantidad de sospechosos que ha creado la literatura sobre la identidad de Jack el destripador, personaje que ha estimulado la imaginación de los escritores en todos los géneros, incluida la improbable ciencia ficción, que no parece tan inaplicable ahora, la abducción hacia el futuro con que algunos escritores explicaron su presunta desaparición.
Por lo tanto seguir de cerca lo que se va desarrollando y aportando en el rubro de la física, está íntimamente ligado a la novela policial.
Imagino un futuro Festival de Novela Negra, la “BAN!”, donde los invitados en vez de ser maleantes, forenses, comisarios o escritores, fueran físicos, matemáticos, hackers.
¿Los escritores de policial, en vías de extinción?
No sé, hace mucho que pronostican que los libros en papel van por el mismo camino. En el caso del papel por asuntos de ecosistema; pronto no habrá bosques que resistan el peso de las publicaciones; mientras que el policial puede no resistir pero por el peso de la física.
Sin embargo, no me dejo ganar por lo que parece un panorama desolador, sino lo contrario, ya que como hay otras tantas dimensiones, existe la conjetura de que hay algo que vive una vida distinta en cada punto del tiempo, dimensiones donde nosotros somos de otras maneras, repetidas, malformadas, vaya a saber qué retorceduras se trae el tiempo; el mismo Jack, puede ser múltiples Jack, de hecho si hay tantos Jacks posibles, al menos uno podría ser Pierre Menard, el autor de “El Quijote” o tal vez, hay un Jack, el destripador, que es autor del tal Borges.